Así lo subraya la directora general del Instituto de Auditores Internos de España, Gabriela González-Valdés, en una entrevista realizada en La Opinión de Murcia, en la que aborda el rol de los auditores internos en el tejido empresarial, en general, y en las empresas familiares, en particular.
La directora general del Instituto de Auditores Internos de España, Gabriela González-Valdés, en una entrevista publicada por La Opinión de Murcia, ha destacado el rol de los auditores internos en el tejido empresarial en general, y en las empresas familiares, en particular.
Según subraya, el papel del auditor interno “es esencial” en la estabilidad económica empresarial. “Los auditores internos ayudan a afianzar la estructura de la compañía para que esta pueda operar sobre unos cimientos robustos que la permitan estar más preparada para el futuro y ser sostenible a largo plazo”, añade.
El auditor interno, continúa, tiene una visión global y trasversal de la empresa, lo que le permite evaluar y examinar los procesos, las operaciones y los sistemas de gestión de riesgos con el fin de extraer conclusiones, identificar carencias, proponer soluciones y mejoras.
Asimismo, explica cómo la Auditoría Interna es una función que aporta, sobre todo, confianza y confort a la propiedad o al consejo de administración; proporciona una evaluación objetiva e independiente de todo lo que tiene que ver con el buen funcionamiento de la compañía.
La Auditoría Interna en las empresas familiares
A lo largo de la entrevista, la directora general del Instituto indica que, aunque tradicionalmente la Auditoría Interna se asociaba con grandes corporaciones, muchas empresas familiares hoy reconocen que, para asegurar la estabilidad y el crecimiento, “es esencial tener procesos de control y gestión de riesgos bien establecidos”. “Tener la casa ordenada”, precisa.
Tal y como explica, en este tipo de empresas, la Auditoría Interna aporta “un valor incalculable” al brindar una visión objetiva y transversal sobre aspectos críticos como la eficiencia operativa, la protección de activos, el cumplimiento normativo y la prevención de todo tipo de riesgos.
Y esto, añade, “es especialmente relevante en empresas familiares, donde muchas veces la toma de decisiones y la gestión se concentran en un núcleo familiar”. “La Auditoría Interna ayuda a garantizar una estructura de gobierno sólida, minimizando riesgos y fortaleciendo la confianza entre los miembros de la familia, los empleados y otros socios”, afirma.
Tsunami regulatorio
En relación a la excesiva normativa y regulación actual que afecta al tejido empresarial, la directora general del Instituto se ha referido al constante cambio que sufre, especialmente en áreas como la tecnología o la sostenibilidad, y, en este sentido, ha resaltado cómo el auditor interno “es clave” para garantizar que las organizaciones no solo cumplan con la normativa, sino que además gestionen sus riesgos de forma eficiente.
“La gran carga normativa y su complejidad están llevando a nuestras empresas a soportar un gran esfuerzo para interpretar y adaptarse a la gran cantidad de leyes y normas, involucrando cada vez más equipos y recursos en estos procesos, lo que deriva en una pérdida de competitividad como generadores de riqueza”, asevera.
Entre otros aspectos, Gabriela González-Valdés habla de los retos del Instituto y adelanta que de cara a 2025 “seguiremos fortaleciendo el rol del auditor interno como pieza indispensable en el buen gobierno corporativo, así como concienciando sobre la importancia de los sistemas de control en instituciones y organismos públicos, y la necesidad de proteger el interés público al tiempo que reforzaremos nuestras capacidades para solventar los desafíos globales del futuro”.