Teletrabajo, digitalización, priorización y rápida detección de riesgos y oportunidades, lo más reforzado en este entorno de crisis
Continuidad de Negocio; Ciberseguridad; Infraestructura Tecnológica; Control Interno y Auditoría Interna, los departamentos obligados a una rápida revisión integral
El COVID-19 ha forzado cambios en la forma de auditar. Las limitaciones a la observación, la disponibilidad del auditado, las dificultades encontradas en el acceso de las evidencias o para hacer las pruebas pertinentes han supuesto grandes restricciones en un escenario sin precedentes que ha puesto a prueba la capacidad de resiliencia de las empresas.
Así ha asegurado Rafael del Río Casas, Director Risk & Internal Control en Telefónica, durante su participación en Los Lunes del Instituto de Auditores Internos, remarcando “la necesidad de innovar y reinventarse como uno de los principales deberes de la Auditoría Interna”.
La actual pandemia ha obligado a una revisión integral de áreas como Continuidad de Negocio; Ciberseguridad; Infraestructura Tecnológica; Control Interno y Auditoría Interna. Además, ha servido como acelerador del teletrabajo, la digitalización, la priorización y la detección de oportunidades.
Según el experto en la materia, “son precisamente las situaciones de crisis y/o necesidad las que funcionan como aceleradores naturales de la innovación”. La capacidad de aprendizaje, muy ligada al concepto de open mind, es esencial para poder desempeñar la función de Auditoría Interna en un escenario donde todos los factores han llegado a un nivel muy elevado de interconectividad y celeridad.
Esta realidad obliga al auditor interno a tener una visión global, a analizar riesgos constantemente, a conocer más el proceso y a vivir más en el día a día de las compañías: “se nos exige inmediatez, dinamismo y flexibilidad; tenemos que pasar del concepto de “trabajo de Auditoría Interna al de actividad de Auditoría Interna”.
La Auditoría Interna, a revisión
La existencia de cisnes negros, que cambian de forma tan abrupta la realidad, pone en cuestión prácticas tan arraigadas como, por ejemplo, el concepto de informe, la evaluación de riesgos o los actuales planes de auditoría, dando paso a la inmediatez y la continuidad. El experto propone distintas iniciativas como planes dinámicos, la evolución hacia el Audit Spectrum basado en un Risk Assesment continuo o enfoques basados en reevaluaciones constantes para poder evolucionar al ritmo de las necesidades de la empresa auditada.