El encuentro, que tuvo lugar en el salón de actos de Cajamar Málaga, abordó los grandes retos actuales de la empresa familiar: internacionalización, innovación y profesionalización.
La directora general del Instituto de Auditores Internos de España, Gabriela González-Valdés, ha participado en el foro ‘Empresa Familiar’, que, organizado por Diario Sur en el salón de actos de Cajamar en Málaga, tuvo como objetivo profundizar en los grandes retos actuales de la empresa familiar: internacionalización, innovación y profesionalización.
Además de Gabriela González-Valdés, en el encuentro, inaugurado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también participaron José Miguel Caballero, profesor asociado del Área de Dirección de Personas en la Organización de San Telmo Business School; Fermín Encuentra, director general de General de Elevadores, y Rocío Fernández, directora general de Incotex.
La mesa técnica abordó las fortalezas y los riesgos que conlleva la empresa familiar, en la que fundamentalmente confluyen dos organizaciones esenciales para el devenir de cualquier sociedad: empresas y familias. Concretamente, en Andalucía, la empresa familiar supone en torno al 80% del PIB.
Por su parte, la directora general del Instituto valoró la aportación de los auditores internos en una empresa como una “ayuda para gestionar la complejidad, dando un plus de confianza al administrador, porque las empresas siempre tienen dificultades, sea cual sea su actividad”. Y, según explicó, “es importante identificar primero los problemas para poderlos gestionar y convertir las incertidumbres en riesgos, que son cosas muy distintas”.
Acerca de los retos para la empresa familiar en la coyuntura actual, Gabriela González-Valdés añadió que “a los retos de gobierno hay que sumar los problemas de negocio”. “Hoy en día no pensar en ciberseguridad, atracción de talento o digitalización es limitar el progreso de una empresa”, indicó. En su opinión, “siempre surgen nuevas complejidades que requieren del apoyo de profesionales especializados que proporcionen confianza y tranquilidad a la organización, con una mirada independiente y transversal”.
«No podemos olvidar a las familias que hay detrás de estas empresas, con toda la complejidad que ello supone. Cuanto más explícito, acordado, hablado y escrito se formalice el protocolo familiar de cara la gestión de una empresa, más problemas podrán evitarse, separando sentimientos de la empresa, diferenciando propiedad, dirección y administración, donde pueden caber muchos externos que aporten un conocimiento distinto”, aseveró.
Con respecto a la innovación, la directora general del Instituto recalcó el acompañamiento de los auditores internos a las empresas familiares “en los procesos más estratégicos del negocio, como puede ser la innovación, que no se limita a la tecnología: puede darse también en el servicio o en la búsqueda de orden y eficiencia en otros ámbitos, además del peso en elementos como la ciberseguridad”.