La presidenta del Instituto reclama que los organismos públicos se doten de mecanismos eficaces de control interno que garanticen el buen hacer de las administraciones, independientemente de su color político
El Instituto de Auditores Internos de España considera necesario que las normas de transparencia y buen gobierno se cumplan en el ámbito público con el mismo rigor y grado de exigencia que se demanda a las empresas privadas.
En las últimas semanas, las destituciones en el Consejo de Transparencia, que han hecho que organismos europeos de referencia como Access Info Europe hayan manifestado su preocupación por la independencia del Consejo; la falta de claridad en aspectos relacionados con la pandemia y con el suministro de vacunas; o la opacidad sobre las recomendaciones del Consejo de Estado sobre los fondos europeos; han puesto de manifiesto, en palabras de la presidenta del Instituto de Auditores Internos, Sonsoles Rubio, «la conveniencia de que los organismos públicos cuenten con mecanismos eficaces de control interno, al igual que los de las empresas privadas, que garanticen el buen hacer de las administraciones, independientemente de su color político. Debemos demandar a la Administración Pública que cumpla con el mismo nivel de transparencia que exige a las empresas».
Sonsoles Rubio añade: «actualmente, se exige un rigor a las empresas privadas que no se exige en el ámbito público. De hecho, es desde la Administración donde se incrementan las exigencias a las empresas para que estas sean más transparentes y se doten de sistemas de control interno robustos, eficaces y eficientes, exigencias que luego no se aplican en lo público en la misma medida».
Supervisión y control
Hace varios años que el sector privado emprendió un proceso de mejora de su modelo de gobierno corporativo, su cultura de gestión de riesgos y de control interno, gracias a que el poder legislativo incrementó las responsabilidades de los Consejos y Comisiones de Auditoría de las empresas. La reforma del Código Penal, la Ley de Sociedades de Capital, la Ley de Auditoría de Cuentas o el Código de Buen Gobierno de la CNMV, entre otras, han propiciado en los últimos años el establecimiento de un gobierno corporativo más sólido, así como el desarrollo de las áreas de supervisión y control necesarias, como la Auditoría Interna.
El Instituto de Auditores Internos cree que estos avances en los sistemas de gobierno corporativo no se corresponden en la misma medida con los necesarios avances en transparencia de la Administración. «El sector público español tiene ante sí la oportunidad de mejorar mucho más en la percepción de los ciudadanos, yendo hacia una mejora de la gestión, eficacia y eficiencia de sus servicios y la manera en la que estos se comunican con la sociedad. El sector público es esencial y es el primero que debe ser ejemplo ético y de transparencia», explica Sonsoles Rubio.
Para los auditores internos el objetivo, tanto en el sector privado como en el público, es fortalecer los mecanismos de control de riesgos y gobierno para optimizar el funcionamiento de empresas e instituciones, presididas por un liderazgo ético que demanda la sociedad. Así lo manifiestan las mejores prácticas internacionales, la propia legislación española y las recomendaciones de la CNMV, a las que se unen las de la Confederación Europea de Institutos de Auditores Internos.