Autor: Sonsoles Rubio, presidenta del Instituto de Auditores Internos de España
Publicado en Capital Humano
Afirman muchos directivos que algunas de las mejores decisiones e ideas provienen de las conversaciones que se entablan en los pasillos y la cafetería de la empresa, de conocer a nuevas personas y de reuniones improvisadas con el equipo… y puede que tengan razón, pero la situación extraordinaria en que vivimos nos ha obligado a cambiar la forma de relacionarnos, también en el trabajo. La crisis de la Covid-19 ha introducido el teletrabajo como medida para evitar contagios, enviando a miles de empleados a sus casas. Si en 2019, tan solo un 4,8% de los trabajadores lo hacían en remoto, ahora el porcentaje se ha incrementado hasta el 34%. Y nos ha pillado desprevenidos. La mayoría de las compañías han tenido que improvisar protocolos al no contar con planes de contingencia en previsión de que plantillas enteras tuvieran que realizar el trabajo a distancia, ni con los recursos adecuados para desarrollarlo.
La nueva Ley de teletrabajo aprobada por el Consejo de Ministros hace unos días intentará poner orden en este nuevo escenario de confinamiento laboral impuesto por la pandemia. La normativa considera teletrabajo un mínimo del 30% de la jornada laboral realizada desde el domicilio a lo largo de tres meses. Contempla que será reversible y voluntario por cualquiera de las dos partes y no podrá generar desigualdad entre los empleados que desarrollan su labor en la oficina y aquellos que lo hacen desde su casa.
El teletrabajo masivo obliga a las empresas a prestar más atención a factores como el bienestar del personal y la gestión del talento. El último informe Risk in Focus 2021 sobre riesgos empresariales, realizado por el Instituto de Auditores Internos de España en colaboración con 9 institutos homólogos europeos, señala este último aspecto como uno de los principales desafíos a los que se enfrentan las compañías en Europa. El 35% de los cerca de 600 directores de Auditoría Interna de las principales empresas de la UE entrevistados identificaron la gestión del talento como uno de los cinco riesgos prioritarios, por encima del 27% de la edición anterior y para 2024 las respuestas ascienden al 37%. La tendencia es que se convertirá en una prioridad en los próximos años… SIGUE