
La presidenta del Instituto de Auditores Internos de España, Sonsoles Rubio, aborda en una entrevista publicada en El País las implicaciones de la Inteligencia Artificial en materia de sostenibilidad.
Actualmente la Inteligencia Artificial ya está cambiando la manera en la que nos relacionamos con el mundo, pero como todos los avances tecnológicos también provoca incertidumbre y nuevos desafíos.
Así lo relata el diario El País en un reportaje sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en las políticas ESG, en el que subraya que el mundo empresarial adquiere en ese contexto un papel clave en la aplicación y el desarrollo responsable de una tecnología transversal, que atraviesa todas las áreas de actividad y que exige el desarrollo de unos modelos de gobernanza claros y transparentes.
Según expone la presidenta del IAI España, Sonsoles Rubio, “las empresas deben establecer modelos de gobierno sólidos para controlar y desarrollar la Inteligencia Artificial de forma segura”. “Estos modelos deben categorizar el riesgo de cada aplicación, desde un simple algoritmo de automatización hasta una IA generativa que crea un nuevo contenido”, indica.
Para ella, el motivo es doble, tanto por la parte puramente económica (“la IA no es una inversión barata y el retorno debe estar claro”) como por la transparencia. En su opinión, “hay que asegurar que la IA sea explicable, que su razonamiento esté bien documentado y que sus decisiones sean trazables”, añade.
En este sentido, la presidenta del IAI España recomienda a las empresas que tengan una política de Inteligencia Artificial específica o que incluyan este compromiso en sus políticas de tecnología y riesgo: “un compromiso público permite explicar y documentar el uso de la IA, mitigando riesgos como los sesgos no deseados”.
En relación a la regulación sobre esta tecnología, el reportaje refleja cómo la Unión Europea ha sido pionera con su Ley de Inteligencia Artificial aprobada en marzo de 2024. Una ley que “ya categoriza los sistemas por su nivel de riesgo y exige que estén documentados, sean trazables y auditables”, tal y como explica Sonsoles Rubio.
No obstante, según agrega, “es la empresa la que debe crear una normativa interna de gobierno conocida por toda la organización”, al tiempo que apunta a otro tema crítico, como es la protección de datos. Según concluye, “muchas empresas están creando sus propios compilers o instancias privadas de modelos generativos para analizar su información de forma segura”.