Greenwashing y Debida Diligencia: ser y no solo parecer

 

Por Eva Fernández Roselló.
Responsable de Auditoría Interna en Naturgy.

 

En los últimos años se ha dado un tsunami regulatorio en materia de sostenibilidad, pero ¿me cuentas (todo) lo que haces y haces (todo) lo que me cuentas? ¿Cómo estás presentando tus datos? Identificar qué impactos reales y potenciales sobre derechos humanos y medioambiente generamos como compañías, pasa a ser una obligación. 

El «blanqueo ecológico» o «greenwashing» aumenta a medida que los consumidores tratan cada vez más de comprar productos respetuosos con el medio ambiente. Existen estudios en que se observa que más de la mitad de las afirmaciones en materia ecológica en sitios web carece de fundamento. En este sentido, la nueva Directiva de Empoderamiento de Consumidores busca protegerlos del greenwashing al exigir un mayor control sobre el etiquetado y declaraciones publicitarias de los productos y servicios sostenibles. 

Continuando con el objetivo de promover prácticas empresariales más sostenibles y responsables también recientemente se ha aprobado la Directiva de Diligencia Debida enfocada más en garantizar que las empresas respeten los derechos humanos y el medio ambiente en sus cadenas de suministro, además de en sus propias actividades. 

Estas dos nuevas directivas están relacionadas con la Directiva de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) en el sentido de que todas ellas buscan promover prácticas empresariales más sostenibles y responsables y proteger a los consumidores del greenwashing.  

Esto supone una oportunidad para que las empresas reporten sus compromisos y resultados en estos temas de forma homogénea, proponiendo unos criterios más estrictos para las empresas a la hora de informar correctamente sobre sus estrategias, impactos, riesgos y oportunidades en materia de sostenibilidad. 

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