La sesión de julio de Los Lunes del Instituto de Auditores Internos ha servido como marco de análisis de la importancia de la ética y la excelencia como elementos indispensables para construir confianza en la Auditoría Interna. Para hablar de ello se ha contado con la participación de José Luis Fernández Fernández, profesor y director de la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia Comillas.

Durante su intervención, el experto ha puesto de manifiesto la importancia que tiene para los auditores internos hacer las cosas bien tanto por su impacto en la empresa como en la sociedad.

Fernández ha arrancado su exposición profundizando en lo relevante que es para las personas, los profesionales y las organizaciones conocer “su propósito” siendo necesario “no solo saber hacer las cosas, si no entender y reflexionar sobre el por qué se hacen y para qué se hacen”.

En este sentido, ha remarcado la relevancia del fin, los valores y propósito, recordando que “no solo debe tratarse de buscar un fin económico a las acciones porque se perdería la confianza y la reputación”.

Tal y como ha puesto de manifiesto el experto, para poder definir el propósito hay que tener en cuenta el entorno. La empresa debe verse como un agente social atendiendo a lo que ha definido como “una nueva narrativa empresarial” en la que se engloban términos como: la sostenibilidad, la legalidad, la estrategia, los stakeholders, la ética empresarial, la responsabilidad social y el buen gobierno.

Acompañando a la profesión a través de las normas

Durante su intervención, Fernández ha puesto de relieve el papel que tienen las Normas Globales de Auditoría Interna como herramienta de ayuda hacia el comportamiento ético y la excelencia profesional “ya que en ellas se recogen aquellos asuntos que dan sentido y propósito al ejercicio de la profesión, siempre, a favor del interés público y al servicio del bien común”. Para el experto, las nuevas normas de Auditoría Interna, especialmente los apartados de “Propósito” y “Ética y Profesionalidad”, son elementales para entender lo que se espera del auditor interno, “que debe ser objetivo, evitar sesgos, saber respetar la confidencialidad, es decir, ser competente profesionalmente”.

Fernández ha finalizado su exposición recordando que “la ética y el propósito son los elementos determinantes del ejercicio profesional competente y la manera de conseguir que la empresa resulte ser digna de confianza y colaboradora con el resto de la sociedad en el común objetivo de aportar valor al bien común”. En este sentido, ha remarcado que “la Auditoría Interna es un medio para conseguir el fin de la empresa, pero esta, a su vez, también es un medio para conseguir un fin que va más allá de lo económico, contribuyendo a satisfacer el bien común:  creando empleo, riqueza y bienestar. Para que la empresa pueda lograr esa riqueza, esa generación de empleo…, necesita de auditores internos que ayuden a la alta dirección en la toma de decisiones adecuadas e informadas”.

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