¿Es posible uditar la innovación?
28 de abril de 2014
Auditar la innovacion disminuye el riesgo y aumenta la competitividad de las empresas
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España se sitúa en el puesto 32 de innovación mundial, según el CGI del World Economic Forum. Las 15 economías más innovadoras del mundo son también las más competitivas. |
Madrid, 30 de abril de 2014 (NdP)- Salvador Aragón, director general de Innovación del IE Business School, protagonista de la última edición de los Lunes del Instituto de Auditores Internos, ha reconocido que “la innovación está prácticamente ausente en los procesos de auditoría”.
En su charla, dentro del ciclo de conferencias mensuales del Instituto, “¿Es posible auditar la innovación?”, ha asegurado que auditar la innovación no sólo es posible sino que “se trata de una oportunidad porque la auditoría interna puede ayudar a medir la incertidumbre, los riesgos y el premio asociado al proceso de innovación”. En un contexto donde los modelos de negocio de las empresas no duran 20 años sino 20 meses, “la innovación es la respuesta natural frente a la incertidumbre”, según este directivo de una de las principales escuelas de negocio del mundo.
Los datos del ranking del World Economic Forum así lo avalan: las 15 economías más competitivas del mundo son, al mismo tiempo, las 15 más innovadoras. España, según este ranking, se sitúa en el puesto 35 de competitividad y en el 32 de innovación. Aragón atribuye este puesto a un factor cultural: “no faltan ideas, ni creatividad, pero no sabemos gestionar el fracaso”. Algo inherente a la innovación porque, de cada 100 procesos de innovación, 96 acaban en fracaso pero, subrayó, “es la única fórmula para lograr ventajas competitivas”.
Salvador Aragón, hizo especial hincapié en las posibilidades de “legitimar” la función de innovación si desde dentro se audita el proceso. Así, “la auditoría interna podría señalar a dirección si estamos ante apuestas seguras o suicidas”, explicó. El objetivo de auditar la innovación sería evaluar tres aspectos: el gobierno de ésta -quién y qué decisiones se toman-; cómo se gestiona la innovación y, por último, la cartera de la innovación -los proyectos concretos que se pretenden poner en marcha-.